Les voy a sugerir, mis compas, una buena receta para obsequiar a sus allegados la noche después de Reyes.
Como probablemente hayan sido seres socialmente nefastos, tienen la oportunidad de desquitarse del carbón recibido con una buena receta de Rock'n'Roll. Tomen como marmita la mejor sala de conciertos de la ciudad: Arena Rock. Viertan sobre ella una buena pieza de garage, añádanle unas cucharadas de especias con sabor a surf y hiérvanlo todo acompañado del mejor rockabilly ochentero oído últimamente por Zaragoza.
Sírvanlo, como la venganza, bien frío y podrán dar un corte de mangas a Sus Majestades de Oriente mientras bailan al ritmo que marquen Beiby, Moreno y DJ Ácula.
El 29 de Enero tocarán en La Casa del Loco el "mix" que han formado Los Coronas y Arizona Baby.
Por separado son dos grupos excepcionales. Los primeros priman el surf. Los segundos un "alt country" de muchos kilates. Los Coronas han tocado en el local de la calle Mayor varias veces. Los Arizona Baby lo hicieron hace un par de meses en la Sala López. Enorme sala. Por cierto, enhorabuena a Agustín por su paladar musical y estético.
La cita será el sábado 29 de Enero. Mejor, imposible.
Son dos libros editados hace meses, leídos durante el verano y que ahora recomiendo su lectura.
Criticar sería una fanfarronada. No me atrevo. Invitar a adentraros en las dos historias que tanto Don Winslow como James Ellroy cuentan en sus obras, me parece más decoroso. Los dos combinan personajes reales con ficticios en el retrato de dos épocas de dos países.
Winslow narra la historia reciente del narcotráfico en México. Cárteles, narcos, DEA, políticos y clérigos se mezclan en un atracón de sangre y fuego. El cardenal Posadas, los hermanos Arellano Félix y el agente de la DEA Vicente Camarena aparecen con nombres encubiertos. Winslow cultiva maneras más ligeras que Ellroy. Más fácil para el lector, no consigue atmósferas tan apelmazadas como el autor de "L.A Confidential". El poder del perro es una novela negra y fronteriza a caballo entre México y Estados Unidos.
James Ellroy le ha dado continuidad a "América" y "Seis de los grandes" con "Sangre vagabunda". Comienza poco después del asesinato de Martin Luther King y llega hasta la muerte de J. Edgar Hoover, fundador y director del FBI.
A caballo entre Estados Unidos, República Dominicana y Haití los personajes que aparecen, se transforman y muchos mueren en la historia, son graníticos. Personalidades totalmente vencidas por las circunstancias que les toca vivir y en permanente lucha con su conciencia.
La época no debió ser fácil de vivir para los reformistas de la conservadora sociedad americana. En esos años el Klu Klux Klan todavía cultivaba la violencia racista en el sur, la caza de brujas que instauró McCarthy hacía una década seguía vigente y la vigilancia y delación de ciudadanos era costumbre. Pero los movimientos radicales o no de negros, la rebelión de grupos sociales contra la política de Nixon y el fracaso de la guerra de Vietnam trajeron cambios. De todo eso habla la novela. Y James Ellroy siempre lo hace muy bien. Por eso dice de él mismo que es el mejor escritor del mundo.
Uno de los mejores intérpretes de lo que en Europa se denomina "americana" (alt-country en los States) visita, por primera vez, nuestro país.
Alejandro Escovedo,hijo de inmigrantes mexicanos, nació en San Antonio Texas. Siguió el camino de John Doe, Exene Cervenka, Dave Alvin, Rosie Flores...y tantos otros compadres que comenzaron bromeando con el punk. Ahora forma, junto a Lucinda Williams, Steve Earle o Blue Mountain la mejor congregación de músicos del nuevo folk, roots, country o como a cada uno le venga en gana denominar.
Posiblemente Escovedo sea el más ecléctico.
Y para mí, su mejor álbum: A man under the influence.
El tipo no ha tenido mucha suerte. Derrotó la ingratitud de críticos de saldo. Siendo uno de los más grandes, su talento no fue reconocido hasta mucho más allá de sus cincuenta primaveras. El cáncer contaminó su escuálido cuerpo. Lo venció. Todavía no ha superado el descubrimiento de un arsenal de sus canciones en el ipod de George W. Bush.
El sábado 11 de Diciembre lo podréis ver y escuchar en Hostalets de Balenyá.
El sábado 6 de Noviembre, Jerry Lee Lewis "The killer" protagonizó un espectacular concierto en Amberes, Bélgica.
Su hermana, Linda Gail Lewis, ejerció de telonera.
¿Pudo imaginar el chico de Ferriday, Louisiana, que en 1989 Dennis Quaid protagonizaría un largometraje que relataría su vida?
¿Pudo imaginar la estrella de la Sun Records que en 2010, con 75 años, iba a reventar los mejores auditorios de Europa ante un público vasallo de tal autoridad?
Imposible.
Algunos tipos pueden pensar que viajar a Bélgica para ver a Jerry Lee es un exceso. Otros una estupidez.
Comer Moules frites (mejillones con patatas fritas) o chocolate belga es un placer.
Beber una de las cien variedades de cerveza del país,una gracia terrenal.
Visitar los Marché aux Pouces (flea markets, rastros) es dar una patada en las nalgas a la globalización. Son los únicos sitios del mundo donde todavía se pueden encontrar objetos que no habrá en ningún otro lugar.
Y conducir por las iluminadas rutas belgas para terminar en la Grand Place de cualquier ciudad, escaparnos de insustanciales costumbres.
Si además, tienes una dosis de dos horas de buen rock'n'roll, es dificil conseguir una solución más sugestiva.
Igual, una pelea a puños con un camarero mojigato que se niega a servirte la última copa a las 5 de la mañana.
El viaje de placer de una pareja por el suroeste de Estados Unidos se convierte en padecimiento tras una serie de fatales episodios sin conexión.
Un principio programado en San Francisco y un final no deseado en México D.F. no son más que la suerte de un cruce de caminos donde se encuentran una procesión de personajes sin afinidad aparente pero que, de forma gradual, van mostrando singularidades comunes.
Unos seres en permanente conflicto con la humanidad y necesitados del bálsamo de la soledad. Seres en busca y captura de sí mismos, desertores del género humano. Blancos, afroamericanos, navajos, yaquis, mexicanos y chicanos formarán un conglomerado de protagonistas, siempre con la música y los grandes Cárteles de la droga como telón de fondo.
Beltrán Leyva, Chapo Guzmán, Arellano Félix, capos que dominan vidas y controlan economías en la frontera mexico-americana.
Alcohol, cocaína, violencia y medio millón de dólares giran alrededor de una trama que se funde con pasiones y odios en los indómitos desiertos de Arizona y Sonora, la poderosa Tijuana o el criollo Mazatlán.