

Susana tiene alma de reportera y sensibilidad de artista. Antes de la presentación y con una cerveza y un agua entre los dos, curioseó sobre viajes, personajes y vínculos entre tramas. En Barcelona siempre hace buen tiempo y tener una conversación en la terraza de un bar, rodeados de gente de muchos colores que todavía salen a vivir la calle, una buena manera de relajar tensiones y calentar motores.
Arriba, en el salón de actos, con el público ya presente, siguió preguntando. Soltar un discurso que se pierde entre ideas que van y vienen, puede aburrir al auditorio. Interactuar con la persona que te acompaña, suele tener mejor aceptación.

Luego, matequila, como siempre preparado con el mismo cariño y pasión por mi inseparable representante. Tras la preguntas del público, intercambio de pareceres, y a conocer más gente interesante.
Al salir, besos, apretones de mano y una puerta abierta en Barcelona para volver.


Unos vinos y la foto de rigor con la camiseta de la librería. La primera vez que asistimos a BCNegra, no solo como espectadores.