Fue su primera novela y se editó en el 2000. Ahora, repasada y remasterizada se puede encontrar en formato digital. Dos historias paralelas se desarrollan en la misma trama. Antonio, un hombre tan gris como la España de posguerra donde le ha tocado vivir, malvive con dos empleos de poca categoría y menos sueldo. Por las mañanas trabaja de ordenanza en las oficinas de un ministerio en Madrid, y por las tardes es el acomodador de un cine de la capital de España.
En el cine donde trabaja se proyecta Casablanca desde hace varias semanas. Rick, Ilsa, Víctor, Louis y Ugarte cobran vida tras finalizar cada jornada y una tarde Antonio descubre que, tras la pantalla, hay mucho más que unos personajes de ficción.
Rick, un tipo duro y Antonio, un hombre anodino, cruzan sus vidas y cada uno consigue la admiración del otro. ¿Afán de evadirse? ¿Ganas de cambiar una existencia que los agobia? La situación da un giro cuando Germán, el hijo de Antonio desaparecido en la guerra civil, aparece en escena.
La novela es realmente interesante, una especie de La Rosa púrpura de El Cairo literaria. Aparecen policías, delatores, gente corriente y luchadores por una libertad que todavía hoy está marcada por cuarenta años de retraso.
Si alguien cree que el ocio es caro, que pruebe a pasar dos o tres tardes viajando con la imaginación de Ricardo Bosque por menos de cuatro euros. Incluso podrá cambiar el final de un clásico del cine como Casablanca.
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